Hola, como están, como les ha ido estos días de cuarentena.
Ya se está viendo algunas reacciones, nos vamos conociendo, encontrando con costumbres que tenemos de hacer las cosas, de reaccionar a los demás. Es importante mirarse cómo estamos reaccionando.
Podés ver el video en Youtube
Controlar y culpar al otro para sentirme superior
Algo que estuve notando mucho en las redes es la tendencia a estar vigilando y escrachando qué hace el otro.
Qué pasa, que venimos de 12-15 años de estar “disciplinando al compañero”, acusando al otro del ser “el mal de la Argentina” (los peronistas acusan a los macristas y los macristas a los peronistas, que la culpa de que país esté así es de los “negros”, que de los “empresarios”).
A ver si estar en cuarentena nos ayuda a dejar de estar mirando tanto afuera echando culpa. Ahora con la pandemia estamos mirando a ver quién es el que sale afuera que es el culpable de los contagios. ¡¿Quién te nombró poder de policía?! ¿¡Quién te dio la potestad de juzgar a los demás?!
El rol wonderwoman: a ver si nos liberamos de verdad.
Esto también se puede estar trasladando a la casa, a estar tratando de controlar qué hacen todos los miembros de la familia. Las mujeres especialmente, tenemos esta cosa de que somos el pilar del hogar y que si nosotras no nos ocupamos de las cosas, la casa se cae a pedazos. Parte de esto viene de la cultura romana. Entonces no tenemos paz, ni dejamos en paz a los demás.
Está bien, hay que “maximizar los recursos”, hay que tener en cuenta muchas cosas (para colmo si tenés hijos se suma la tarea virtual y nadie entiende y los primeros días fueron un desastre).
Pero hay personas que se pasan de control, más que de organización. Si ya eran frikis antes de la cuarentena, ahora es el momento en el que se enfrentan a que, sin distracciones, pueden llegar a colapsar.
Entonces: colapsamos o soltamos.
El tema de la cuarentena es: ya no tenemos excusas de estar mirando afuera en lugar de qué es lo que YO vine a hacer.
Qué puedo sacar del baúl de recuerdos, sacar cosas pendientes. No deja de ser un trabajo mental, pero ayuda a limpiar.
Como primer paso para que llegue lo nuevo, en un año que es de cambios, es limpiar. Parece que ninguno estábamos (me incluyo) limpiando. Limpiando actitudes, este control, de cosas materiales también, de archivos en la computadora.
Y no estábamos emprendiendo todo eso que queríamos hacer. Ahora es el momento de hacerlo.
Yo, yo y yo y mis rígidas expectativas.
El control también puede ser: como quiero yo que sean las cosas. Por ejemplo, a mí me retrasó una mudanza muy importante, después de 10 años me estaba por mudar de Capital Federal otra vez a la montaña y…todo demorado. Ahora, si yo me pongo en víctima, o en porqué las cosas no son como yo tenía planificado, ya perdí.
Y esto también me puede estar pasando a empresarios que tenían sus proyectos a punto de lanzar y… está todo frenado. Y después que pase todo, probablemente las prioridades cambien.
Entonces tengo que ponerme a pesar:
- A ver, estos proyectos ¿siguen siendo mi prioridad?
- Esto que quedó varado, a mitad de camino, que probablemente no se va a dar después ¿sigue siendo mi prioridad?
- No será que tengo que aprovechar a revisar mis objetivos, mis prioridades.
Y también, si las cosas no se dan como yo quiero o como yo tenía pensado, también fijarme cómo es que me ato a que todo se tiene que amoldar a como yo quiero que sean las cosas. Y si estoy llevando esa actitud al resto de la vida: las cosas se hacen a mi manera o no se hacen.
A veces nos hacemos los “adelantados” y que no tenemos estos apegos, esta necesidad de control, estas expectativas… Pero sí que nos hemos ido poniendo más rígidos, nos hemos ido “achanchando”. Eso le va quitando frescura a la vida, le va quitando alegría, le va quitando la capacidad de sorpresa.
Navegar la incertidumbre (sin la mente analítica)
Hay todo un momento ahora de soltar control, y esto implica abrirse a la incertidumbre.
Esto me hace acordar cuando uno se abre los Registros Akáshicos, hay seis meses aproximadamente de acomodamiento. Donde uno se empieza a dar cuenta que todo alrededor se empieza a caer, a dar vuelta, te sacan la alfombra de debajo de los pies, quedás en el aire.
Son meses que hay que aprender a manejar la incertidumbre (el primer remezón es siempre el más fuerte, después uno se acostumbra). Esa incertidumbre es como estar en el ojo del huracán.
Uno da herramientas para que esa incertidumbre se pueda manejar, por lo menos tener la perspectiva de que todo se está acomodando, de que ese huracán se está llevando todo lo que ya no sirve y están llegando esas nuevas personas, oportunidades, trabajos, capacidades nuevas.
Pasa que ahora desde la mente, no lo estamos pudiendo ver, porque nunca el trabajo es mental. Podés aprovechar a aprender, agarrar los libros que tengas pendiente, sí. Pero este momento en que lo viejo está cayendo, nunca es un trabajo mental.
Qué podemos hacer
Lo que podemos hacer es respirar, en el momento que estamos identificando que estamos con ansiedad, con la necesidad de control, darnos cuenta y sssssss respirar.
Y agarrar las herramientas que tenemos para confiar y tener perspectiva de que lo nuevo está llegando. De que está ocurriendo a nivel energético, estoy aprendiendo, ya me va a caer la ficha.
Si necesitás herramientas, si hay algo que no estás pudiendo manejar, podés consultar con tu terapeuta, con tu psicólogo; podés agarrar manualidades y arte (para entretener la cabeza, despertar la creatividad y conectar con otro nivel).
También me podés escribir y te puedo pasar ejercicios para conectar con otro nivel y energéticamente manejar esta situación.
Les mando un abrazo gigante. Y nos estamos viendo.
Mery
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