Si has sido la oveja negra en tu familia, estoy aquí para ayudarte a crear la vida con sentido, paz y disfrute que has deseado desde tu infancia.
¿Te has preguntado cómo sería tu vida sin el peso del conflicto y los malos recuerdos con tus padres y hermanos dispersando y estancando tu energía creativa?
¿Cómo vivirías si el mundo ya no fuese un lugar peligroso lleno de seres y situaciones de las que te tenés que cuidar, esconder o huir?
¿Cómo te relacionarías si te sintieras bienvenido en el mundo y no tuvieras que validarte ante nada ni nadie?
¿Cómo sería tu vida si a vos no te tocaran las situaciones de abuso, estafa, engaño, pérdidas repentinas, escasez y falta de poder personal de tu clan?
¿Cómo serían tus días si en lugar de estar analizando y tratando de arreglar la vida de todo un árbol, tuvieras energía para tu propia familia, tus proyectos y tu crecimiento personal?
Creo que todas las ovejas negras estamos motivadas por nuestra familia de origen a buscar una vida diferente, con profundidad, paz y cariño.
Sin embargo nos topamos con barreras y autoboicots que vienen de traumas ancestrales y nos hacen repetir algunas de las situaciones que no queríamos para nosotros. Esos programas hay que borrarlos, vaciarse de lo viejo que no nos sirve para poder sintonizar con nuestra versión más elevada.
Ese es mi trabajo y por eso estoy aquí.
Porque creo si cada persona se libera de los condicionamientos y corta el ciclo de abuso y falta de amor, el mundo será un lugar lleno de paz, amor, respeto y prosperidad.
Imagino un mundo donde cada persona expresa su mayor potencial en sus relaciones, autoestima, profesiones y finanzas. Creo que todos merecemos vivir livianos, prosperar, tener relaciones nutritivas, expresar nuestras emociones y nuestra esencia.
Para borrar estos programas uso técnicas que van a la raíz y hacen un corte en limpio. Porque creo que no hace falta revivir por días o años el sufrimiento. Me gustan estas herramientas porque van al origen y en la misma sesión se borra y te vas a tu casa sin ese problema. Pim pam pum.
No creo que trayendo a la conciencia nomás la cosa se sane, porque eso es un diagnóstico nomás y solo es un alivio de saber que tiene uno y nada más.
En cambio un tratamiento combinando estas técnicas acelera en semanas o meses cambios que de otro modo llevan años o incluso una vida entera o generaciones sacrificadas tratando de resolver la cuestión. Y ya no hay tiempo que perder, la humanidad tiene que avanzar rápido a una nueva conciencia.
Las herramientas que uso son:
- Lectura del Registro Akáshico
- Reprogramación de la Memoria Celular (método Gonçalvez)
- EFT-tapping
- 3 lados de la Tradición Andina- Q’eros
- Obsidiana (espejo, cuchillo y geometrías)
- Metafísica
En mi experiencia hay 2 niveles de profundidad:
- Primero borrar los condicionamientos de karma familiar y personal de los ancestros y vidas pasadas.
- Segundo, quitar las cadenas del inconsciente colectivo, contratos con personas y entidades, bloqueos energéticos interplanos y recuperar fragmentos nuestros atrapados en shocks a lo largo del tiempo.
- Para finalmente abrirnos al potencial multidimensional de nuestro ser libre.
Le llamo a este proceso dejar de ser una oveja negra para ser un colibrí.
Siempre me pregunté si habría otra forma de hacer las cosas.
En el camino he tenido muchas muertes y renacimientos, muchas noches oscuras del alma y empezar de cero.
La primera y más fuerte fue a los 19, luego de una infancia y adolescencia de asfixia, tratando de sobrevivir hasta poder irme de casa. El conflicto con mis padres llegó a ser tan desesperante que no podía ver más allá. En el momento en que toqué fondo me di cuenta todo lo que me iba a perder si seguía viendo la vida en gris, con unos lentes que no eran míos. Me propuse sacarme esos anteojos de pesimismo, juicio y conflicto y ver la vida con mis propios ojos y a colores.
Además, ya al finalizar la primaria, una maestra se dió cuenta que no hablaba con nadie y me ayudó a salir al mundo. Desde entonces aprendí a comunicarme, a expresarme, a valerme sola y pedir ayuda también.
Encendí el radar para encontrar nuevas formas de vivir, de expresarse, poniéndome en los zapatos de los demás para entender sus motivaciones sin juzgarlos, aprendiendo de cada persona y situación. Con ojos de turista, recuperando la capacidad de asombro y belleza. Abriendo el corazón.
Lejos de mi familia puede dejar de actuar a la defensiva y explorar qué cosas quería hacer y cómo quería vivir.
La siguiente reinvención fue un cachetazo: estaba sufriendo acoso y bournot en un trabajo y decidí renunciar, me mudé a Buenos Aires y estuve ahí estancada 3 años en etapa larvaria recuperándome del golpe. Recién cuando dije “no quiero más esto” y pedí que me pusieran en camino, aparecieron terapeutas, maestros, trabajos, viajes.
Hoy, con otra cabeza y más alegría, los cambios son buscados:
dejar definitivamente la carrera que estudié y dedicarme a las terapias,
Y sobre todo seguir aprendiendo a comunicarme, a vivir con más alegría, rodeada de mi familia elegida.
Bueno, y hablando de salir al mundo… unos detalles más personales para que me conozcas.
Lo más raro de mi es mi tonadita. Porque imagínate la mezcla que tengo: soy del interior de Mendoza (hablamos parecido al sanjuanino), viví 8 años en su Capital mientras estudiaba geografía, después 11 años en Buenos Aires (no se me pegó la “sh” pero si algún cantito) y ahora en Córdoba. Debajo de todo eso, la tanada de una madre italiana. Así que cuando me preguntan de dónde soy, no sé si me preguntan dónde nací, donde vivía o porque hablo así 🙂
¿Querés saber algo más raro de mi?: ¡Tengo una doble vida! Además de terapeuta soy bailarina de Danzas Clásicas de la India (Bharatanatyam, Kuchipudi y Odissi). Aquí estoy en pleno ítem, posando como Shiva, el dios de la danza.
¿Verdad que a las ovejas negras nos gustan cosas bien raras?
No es fácil pero sí satisfactorio y saludable animarse a hacer lo que poca gente se anima a hacer.