La distancia, por sí sola, ¿sana?

En un post anterior te explicaba aquellos problemas, mitos, creencias que nos impiden tomar la decisión de poner distancia para sanar.

En este post, vamos a ir más allá y te voy a explicar qué cosas hay que hacer en esa distancia para realmente sanar.

Por qué no alcanza

Lo primero que hay que aclarar es que la distancia física no sirve de nada para sanar si no ponemos también una distancia psíquica y energética.

Y ¿cuándo no estamos poniendo esta distancia mental y energética? Cuando nos seguimos aferrando a esa experiencia.

Entonces te voy a contar distintas formas en las que nos quedamos aferrados a “lo que pasó”, porque ahí está la clave de lo que tenemos que dejar de hacer.

1- Rumiación de revancha vs. ser libre

Primero: nos quedamos aferrados a lo que pasó cuando nos quedamos pensando y rumiando todo el tiempo respecto de “lo que me hizo”.

A ver: es necesario ver, poder ver y poder reconocer. Y una primera etapa en la sanación es poder reconocer. Porque muchas personas que han estado, por ejemplo, en un trauma que viene de un abuso emocional, son personas que tal vez les cuesta reconocer lo que pasó, ponerle nombre, decirlo, contar la verdad.

Pero hay otras personas que lo que suele pasar es que se quedan rumiando en la situación, con un poco de sentido revancha o de sobre análisis. De estar siempre queriendo, por un lado, entender porqué esta persona hizo eso.

A veces es necesario reconocer lo que pasó. El tema es cuando nos quedamos rumiando todo el tiempo en “¡mirá lo que me hizo!”, “¡pero por qué lo hizo!”. Y esa rumiación va quitando energía.

Si además yo estoy pensando, o manifestando esto que pasó con una energía de protesta o de búsqueda, no de justicia sino de revancha, de venganza; yo lo que estoy haciendo es auto-drenarme.

A veces esta energía de la protesta nos genera una descarga de energía, de adrenalina, de cortisol. Y es como una energía que se siente muy poderosa a veces.

Entonces nos podemos hacer adictos a esta situación de estar protestando y quejándonos de lo que pasó y de estar en esta rumiación, en esta especie de pelea interna con la otra persona.

Y como antes no hemos podido manifestar el disconfort, la disconformidad con todo lo que pasó; a veces lo sacamos de esta forma. Pero es una energía de falso poder. Sí nos hace (poner eléctricos). O sea, nos carga, pero no nos recarga ¿Sí?

Y por otro lado, hay algo energético que tenemos que entender: En toda relación se establece un cordón.

La idea sería que ese cordón lo limpiemos para que la próxima es que nos encontremos en esta o futuras vidas no volvamos a repetir las mismas porquerías. Y en cambio, si yo estoy pensando en esa persona con esta cosa de revancha, de enojo, de protesta, es una electricidad en lugar de calmar y de armonizar ese cordón. Aunque no te la vuelvas a cruzar a la persona en esta vida, pero lo está generando para la próxima.

Y esto del otro lado se siente como envíos energéticos, porque en realidad vos estás enviando atrás de ese cordón, una energía de baja vibración. Y eso inconscientemente también se empieza a espejar.

Entonces, en realidad, en lugar de cortar con esa persona o esa situación, estás reforzando ese cordón energético y para colmo con energía de baja vibración.

Entonces tenés que re-educar tu mente y tus emociones a dejar de pensar mal cada vez que te acordás de esa persona.

2- La relación o la situación eran parte de mi identidad vs qué quiero para mi vida

Otra forma en la que nos quedamos aferrados a lo que pasó, a una persona, a una situación, es cuando yo no vivo, no estoy viviendo mi vida. Y para vivir mi vida, tengo que tener deseos, sueños, motivaciones que pesen mucho más que el dolor de lo que pasó.

Ahora, si sos una persona que fue amaestrada desde muy pequeña, a no tener motivaciones propias, a vivir para los demás, o a tener un checklist de cosas que hay que tener y hacer en la vida; probablemente ni siquiera sepas que querés hacer con tu vida. No tengas un porqué, un para qué. El tema es que quieras hacer algo, algo que nazca de vos, algo que sea tu deseo.

Entonces, si no estás viviendo tu vida, y estás todavía aferrada a lo que pasó, a alguien del pasado -o alguien del presente, pero que ya no es lo que era-, por ahí hay que hacerse un par de preguntas:

Esta persona, este trabajo, esta situación: ¿Representaban tanto para mí que yo me identificaba con estas personas y yo no nunca me imaginé una vida fuera de esto?

Entonces también pensar: ¿realmente mi vida, mi idea de éxito, de propósito, de realización, de existencia, se basaba en esto que era externo, que era un determinado trabajo, una relación? Realmente entonces ¿yo vivía para eso, vivía para los demás? ¿Y yo qué? O sea, ¿quién soy?

Entonces, en realidad, en esta distancia uno puede plantearse quién es, auto conocerse y dejar así de estar expuesto a cazar lo próximo que aparezca para aferrarme a eso y que eso me identifique y que eso me dé sentido.

Otro motivo por el cual no estamos viviendo nuestra vida, que es muy sutil, pero es tan poderoso. Y que uno a veces no lo identifica hasta que no se ha dado cuenta que uno estaba cargando con esto.

Y es que una a veces se boicotea inconscientemente (obvio que es inconscientemente. Nadie lo haría a propósito). Una a veces se boicotea y le va mal en la vida, y hasta está mal de salud, para mostrar el daño que esa persona o esa situación me hizo.

Es una forma de castigarlo, de tratar de exponerlo públicamente.

Pasa a veces con hijas de madres narcisistas que tienen muchos problemas de salud. Algunos dicen que es para auto castigarse. Pero en realidad, a veces también es que te vaya mal económicamente para que esa persona de alguna forma se haga cargo. Y la verdad que nunca se hacen cargo.

O para mostrar al mundo que vos estás mal económicamente, físicamente, o en tus relaciones, porque de chica viviste cosas. Y entonces que todo el mundo mire a tu madre y se dé cuenta el monstruo que es. Y no, eso no ocurre porque la sociedad tiene muy romantizada a las madres. Y porque no solo las madres, sino parejas o ex parejas tóxicas, se las ingenian para quedar siempre bien. Y que el problema seas vos, porque los hijos son difíciles, porque mira que las mujeres son todas unas locas, que porque mira que los hombres son todos unos desgraciados.

Siempre va a haber un discurso al que un grupo de espectadores va a adherir. Y entonces siempre se van a salir con la suya. Entonces no vale la pena arruinarse. Y esto lo tienen que escuchar y lo tienen que entender tus células y todo tu sistema: No vale la pena arruinarse la vida para castigar a otra persona o para obligar esa persona por fin hacerse cargo de algo que nunca hizo.

3- Culpa y revictimización por terapeutas novatos o ignorantes (te explican mal la ley de atracción y espejo, para más culpa tuya)

Otro motivo por el cual seguimos aferrados a lo que pasó, a una situación dolorosa, a un pasado que tal vez fue hermoso, pero ahora ya no existe, puede ser la culpa.

Puede ser la culpa, por ejemplo, en una situación de abuso psicológico: culpa por “haberte dejado”, haber dejado que pasaron tus límites, no haber puesto límites.

También podés sentir culpa cuando algún novato te ha estado explicando que lo que te ocurre es por tu culpa porque “lo atrajiste”.

Ya de por sí, si has pasado una situación difícil, cuando te explican mal la ley de la atracción y de la sincronicidad y la co-creación; en lugar de explicártelo de forma amorosa, te lo sueltan así no más. Y entonces parece que vos fueras el culpable de lo que te pasa.

A ver, escúchame bien: Las creencias, los patrones que hemos heredado, los mismos implantas que recibimos a nivel cultural; es información electromagnética. Y entonces eso conforma una especie de imán, que por sincronicidad sí se nos van a pegar cosas similares.

Pero ya te explicaba en otro vídeo -te lo voy a dejar en las tarjetas y en la descripción- qué significa para mí realmente la ley de la atracción/espejo. Tiene más que ver que si tu patrón es, por ejemplo, que pases escasez, entonces las personas y situaciones que van a llegar a tu vida son para, son escenarios y actores, para que vos vivas esa experiencia.

No es que lo atrajiste. Porque la ley de la atracción, lamentablemente la entendemos como que uno está ahí visualizando a propósito esa situación que está atrayendo. Y nadie visualiza el abuso. Nadie visualiza un robo. O un accidente o ver morir a alguien. Nadie se pone a visualizar eso.

Lo que está pasando es que llegan situaciones y actores para hacer el escenario y los roles, para que vos tengas una experiencia. Que acordaste por plan de vida con otra persona, de acompañarle en ese proceso. O acordaste que para despertar a poner límites, ibas a pasar esa situación. O porque acordaste con toda la cultura, ser parte de una crisis económica.

O porque que tu sistema cree que “todas las mujeres” o que “todos los hombres” blabla. Entonces, obviamente se van a acercar aquellas situaciones de personajes para que vos cumplas con esa esa visión -no visión, sino- esa perspectiva que tenés de la vida.

Entonces, en realidad, la forma de que eso deje de ocurrir en tu vida es trabajar en esos patrones, esas creencias, esos implantes, para que ya no necesites vivirlos. Pero no es que vos lo atrajiste.

Y otra cosa que quiero que entiendas es que, si bien está esta parte de creencias, de limitaciones, de implantes que creen que tenés que pasar por esas experiencias; es sólo una parte tuya. No sos vos.

Entonces podemos dejar de identificarnos con esas creencias. Podemos dejar de identificarnos con lo que pasó. Y, sobre todo, podemos cambiar, quitar, esas creencias, esos implantes, sacarlos de nuestro sistema. Para que la otra información de bienestar, de buenas relaciones, de salud, pueda manifestarse.

Cerrando

Entonces, la distancia sola, por sí sola y el tiempo -como vamos a dar en el próximo capítulo- por sí solos no alcanzan para sanar. Lo que importa es lo que hacés en esa distancia.

La distancia te pone en un lugar seguro para poder trabajar sin estar volviendo a revivir y re-traumatizándote todo el tiempo con las mismas situaciones.

Pero a partir de ahí, ya que estás en un lugar seguro, tenés que trabajar en los recuerdos, en el trauma de los recuerdos, en las creencias, en esperar que la persona cambie, en la culpa por lo que pasó -una a veces siente que ha permitido que las cosas ocurrieran-.

Si querés trabajar sobre los traumas de las cosas que pasaron, podés apuntarte al programa “Desatasque”. Es un programa en que abordamos específicamente asuntos traumáticos a través de la técnica tapping- Eft (Técnica de liberación emocional).

Y si lo que vos identificas son creencias limitantes que te están haciendo repetir una y otra vez a lo largo de tu vida, las mismas situaciones traumáticas, podemos trabajar con el programa “Soltando a la familia” porque muchos de estos programas son heredados de la familia.

Para apuntarte, llená este formulario de aplicación para hacer una entrevista de valoración gratuita, donde me contás tu caso y te cuento más del programa y vemos juntas si te puede ayudar o no.

Espero que este post te haya sido de utilidad. Si es así, déjame un comentario de qué aspecto es el que más te ha impactado o que más te ha influenciado en situaciones de tu vida.

Y nos vemos la semana que viene, continuando con esta temática.

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