3 motivos por los que no queremos estar en pareja

Es normal que las personas evitemos situaciones que vemos que han sido un problema en la familia en que nos criamos. La mayoría lo hace sólo inconscientemente, pero las ovejas negras de la familia tienen más conciencia racional de aquello que están evitando y por qué.

Las ovejas negras no siempre evitan algo a secas, también puede ser que quieran hacer las cosas de forma diferente, tener relaciones más sanas. Pero si no trabaja el nivel inconsciente donde tiene grabado los patrones de su familia, repetirá -igual o parecido- los mismos problemas.

Así que quédate para ver los 3 principales motivos por los que las ovejas negras pueden estar evitando o boicoteando sus relaciones. Vamos a ir desde lo más superficial hasta las capas más hondas de iceberg.

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No encontrar nada interesante.

Te puede pasar como oveja negra cuestionadora, que no encuentres nada interesante. A ver, las/os raras/os de la familia también solemos tener puntos de vista e intereses que no son la norma ni lo generalizado. Así que no tendríamos una relación profunda, ni siquiera de amistad, con gente interesada en el fútbol, en el chismorreo político ideológico, en la moda y los chimentos. Ni siquiera en leer lo último que recomendaron en la sección cultural de algún diario (si lo leen todos y lo sugiere un diario que también es dueño de las editoriales, de seguro no es tan bueno), ni la última serie, ni la última película. Vamos, que somos freekis.

Podemos ser incluso raros entre los raros y cuando temas como ambiente, derechos, o incluso desarrollo personal y espiritualidad, se politizan, viralizan y vulgarizan, perdemos interés (además de enojarnos y perder la fe en la humanidad de ver cómo se banalizan y mercantilizan).

Pero hay una trampa del ego espiritual que hay que desactivar: creerte mejor que los demás porque tenés “intereses superiores”. A mi me pasó cuando estaba medio metida en política y movimientos por los derechos. Cualquiera que no debatiera (y en mis términos, obvio) era inferior. Un día, gracias a un jefe del mismo palo, me dí cuenta que la convivencia con un politiquero-te-debato-todo que te quema la cabeza todo el día y con quien no podés tener una conversación normal, es peor a veces que un futbolero maradoniano (son igual de intensos, pero con amor al 10 y no con odio hacia un enemigo imaginario que podés ser vos en cualquier momento).

Así que te diría que te bajes los humos, y que abras los ojos, porque gente tóxica hay en todos lados, especialmente donde uno baja la guardia porque se supone que se defienden valores e ideales superiores. Y de creerte superior y andar tratando con asco a todos, vos ya te volviste una tóxica infumable.

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Asociaciones inconscientes con heridas ancestrales

En lugar de andar evitando situaciones, es mejor prevenir. Sobre todo si ya te ha pasado que te negás a estar en una relación y después vas como la pebeta enamoradiza de Capusoto. En lugar de seguir adicta a la emocionalidad del rechazo y la victimización, planteate analizar el patrón común del miedo por el que no querés estar en pareja y lo que terminás haciendo. Vas a encontrar una de las cinco heridas de la infancia que se activan: rechazo, abandono, humillación, injusticia o traición.

Pero va más allá de lo que podés haber experimentado de niña, puede tener que ver con lo que viste que pasaba con tus padres, en su matrimonio. O incluso antes, con tus abuelos y hacia atrás.

Entonces tu inconsciente puede tener terror a estar en pareja y lo boicotee de cualquier forma posible, incluso si querés estar en pareja, porque asocia: “salir”= “estar en pareja”= “traumas”.

Y ¿qué traumas asociados a la convivencia tenemos en todos lo árboles familiares?:

  • Infidelidad y/o estafa emocional.
  • abandono
  • dependencia económica
  • dependencia emocional/ abuso psicológico y emocional
  • abuso físico, incluso con riesgo de muerte
  • pérdida de libertad quemar etapas
  • carga y sacrificio (parejas con adicciones o enfermedades)

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Asociación del matrimonio con tener hijos y heridas respecto de ellos

Este punto es parte del anterior, pero merece ser tratado aparte.

No importa qué ideología tengas o a qué generación pertenezcas, todos tenemos codificado “pareja” = “matrimonio” = “hijos”.

No sería tan complicado si “hijos” fuese tan romático como lo pintan en las propagandas de pañales o en catequesis.

Pero no, no es tan idílico. En todos los linajes familiares hay memoria de pérdidas asociadas al tener hijos. Traumas relacionados a engendrar, gestar, parir y criar hijos:

  • Marginación: Cuando una mujer se embarazaba por una violación, la culpa era de ella. Y no llegar virgen al matrimonio era condenado socialmente, y un embarazo era prueba de que no era “limpia”, no importa lo injusto y aberrante de la situación por la cual había engendrado.
  • Abandono: Siempre existía el peligro de quedar embarazada antes de casarse y que tipo no se hiciera cargo. O que incluso ya casados, que el hombre se fuera a buscar trabajo a otro lugar y no volviera, o se fuera con otra sin ninguna sanción social. Recordemos que las mujeres no podían trabajar (salvo costureras y artistas, que igual tenían etiqueta de reputación dudosa, es decir se las consideraba apenas mejores que prostitutas). Si no se podían mantener por si mismas y el hombre se iban, quedaban en la calle.
  • Pérdida de proyecto de vida y el fin de una etapa de vida. Para las mujeres que pensaban que podrían tener una carrera a la par de criar familia, para las inmaduras que pensaban que era como jugar con muñecas, para las que estaban con alguien que no les convenía y las manipuló y al embarazarse se tuvieron que casar y luego se sintieron atrapadas en un matrimonio con alguien horrible. Pero también para los varones que tuvieron que salir a trabajar de lo que sea como esclavos para mantener al humanito y su madre de los que se hacían cargo. Y si el embarazo había sido buscado por la mujer para obligarlo a casarse con ellas, el sentimiento de traición y ganas de huir estará presente toda la vida.
  • Problemas económicos: Por la carga de todos los gastos de la etapa preescolar y escolar que retrasa cualquier otra meta financiera de la familia.
  • Pérdidas: Cuando hubo abortos, muertes de niños por salud o incluso infanticidios. O también cuando un hijo muy querido le fue arrebatado de joven a los padres. También cuando una madre en el linaje murió al dar a luz o por complicaciones en el post parto (que estaban a la orden del día).
  • Legado: Nacer mujer en ciertas culturas, como la italiana, es una gran decepción, porque se prioriza la transmisión del apellido como perpetuación del poder y virilidad del padre. No tener hijos o tener hijas mujeres puede dar un sentido de fracaso personal rotundo para el hombre y para la mujer que “no le dio” varones. Cargar o sentirse cargado de una responsabilidad atroz y anularse como mujer o sobre-compensar lo masculino como varón, pueden ser rasgos de un linaje obsesionado con la perpetuación de la especie (algo muy de supervivencia y trauma) y con el valor de la mujer solo en cuanto a dadora de herederos (por eso si te separaste y volviste a juntar cerca de los 40, podés tener una compulsión por darle a tu nueva pareja un hijo)

Como habrás adivinado, estas memorias tan dolorosas trasmitidas por tus ancestros y presentes en tu inconsciente, te pueden boicotear tanto estar en pareja como tener hijos, no importa cuántos tratamientos e intentos hagas.

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Consecuencias y consejos para estar en paz

Creo que con estas memorias no tendrías ganas ni de que te toque nadie. Pero sigue estando la dicotomía entre lo que deseamos para nuestra vida y lo que estas programaciones hacen.

Para ir anulando la brecha y entrar en coherencia, hay que ir más allá de “saber qué le pasó a nuestros ancestros”, y sanarlo. Traer a la conciencia no sana. La radiografía de la pierna no suelda el hueso ni acomoda el esguince. Hay que entrar para borrar ese trauma.

Aunque quieras protegerte del dolor evitando estar en pareja, sólo pospones los problemas y bloqueas otras áreas de tu vida: creatividad, prosperidad, comunicación, expresión, empezar y terminar proyectos, entre otros.

Mejor prevenir y sanar lo que origina que te enamores desde las heridas y traumas, para que, si pasa que te enamoras, no vuelvas a repetir la maldición familiar.

Que el karma de tu familia termine hoy, en vos.

Podemos sanar esas memorias directamente en el inconsciente.

¿Te imaginás la paz en tu vida sin el resentimiento y la reactividad permeando cada minuto de tus días?

Podés aplicar al programa Soltando a la Familia de Origen. Conocé de qué se trata y si es para vos:

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