¿Qué buscan las ovejas negras?

Creciste viendo una normalidad que no te cerraba. Algo dentro tuyo se preguntaba siempre “¿habrá otra forma de hacer las cosas?”. A medida que vamos rehaciendo nuestra vida y aplicando lo que encontramos en esa búsqueda, nos diferenciamos de un pasado que empieza a parecer lejano, de muchas vidas atrás.

En la perspectiva de la distancia podés ir entendiendo para qué te tocó esa familia y para qué tuviste siempre esa pregunta a flor de piel.

Pero ojo, también podemos quedarnos tan pegados al papel de “diferente” que no encontremos nunca la paz.

Venimos de un pantano

Crecimos en una familia que se movía por pura supervivencia: competencia y crítica, vivir para trabajar, obedecer, comerse los sapos, tragarse las crisis con la cabeza gacha, resignarse a la pobreza porque la religión dice que es bueno ser pobre, confundir humildad con humillarse, confundir ser buen padre con ser autoritario y abusivo, confundir amabilidad y cariño con debilidad, atacar al que piensa diferente o se destaca un poco. Creer que hay que enseñar a los hijos “valores” de competencia, individualismo, desconfianza, obediencia y egoísmo para sobrevivir porque “el mundo es así”. Familias tipo clan, donde los de afuera son enemigos (y los de adentro también) y se obedece al patriarca o matriarca aunque sea tóxico.

Pero el pantano también nutre y empuja a buscar. En el barro podrido hay proteínas para la raíz del loto, solo que el loto toma lo esencial.

En astrología, por ejemplo, se habla de dejar de identificarse con mamá/Luna y los límites/Saturno y empezar a descubrirme como persona= ir a mi signo solar.

Es un impulso natural en todas las personas, solo que algunas están más domesticadas, o tal vez no tienen conflictos con sus familias porque tuvieron ma-padres sanos. En las ovejas negras es más una patada que un impulso, de esas patadas que te tiran bien lejos.

¡Ojo! que hay muchas personas cuyo rol no es cuestionar ni hacer las cosas diferentes. En cambio, otros nacimos sapo de otro pozo, porque si estuviéramos cómodos tal vez nunca saldríamos de abajo del ala de mamá gallina y jamás descubriríamos nuevos caminos y formas de hacer las cosas, nuestra propia esencia.

El sol que llama

Frente al cuadro de una familia en supervivencia, y si tenemos la semilla de un buscador, es inevitable que nos nazca la necesidad de encontrar ese “algo más”.

Buscamos una vida con propósito en contraste a la vida en automático. Una vida “nueva” en contraste a “lo mismo de siempre” y los “sueños” de tres siglos atrás. Realización personal en contraste a sólo “ser bueno” y lo que eso signifique para un sistema retrógrado.

Hemos visto los resultados de una visión y forma de vida y de pensar corta, vacía, incoherente y chata. No queremos eso para nosotros.

Queremos cambiar las cosas, dejar de repetir esos programas.

¿De dónde salimos con ideas tan diferentes?

Casi todo el tiempo te sentís un extraterrestre o hasta te planteás si no serás adoptado.

Es que las memorias de otras vidas son más fuertes que lo que estás viviendo ahora.

En lo profundo sabés que el ser humano es más que un trabajar, comer y dormir y reproducir la siguiente generación de robots esperando jubilarse.

Has probado el arte, la simpleza, el aire limpio, el horizonte amplio, la percepción y manejo de las energías en todos los planos. Conociste las Eras Doradas y las Caídas. Tu alma conoce el potencial manifestado, no te resignás a esta inconsciencia y esclavitud.

¿Pero porqué encarnaste en esta familia? Tenés el don de la renovación y transformación. ¿Quién más podía decir basta?. Aunque signifique conflicto con el resto del clan que se agarra de las formas que lo pudren e infectan.

El alma grupal te pide ayuda, a vos y tus memorias del alma, para sanar los programas que ya no sirven en el momento actual del planeta y la humanidad.

Estamos saliendo de una Noche, no podemos entrar en el Día con las viejas costumbres y mentalidad de supervivencia, explotación, sumisión y sinsentido.

¡Ojo! Qué pasa si me identifico demasiado con ser una oveja negra.

A veces nos identificamos demasiado con eso de ser diferentes, o con querer hacer las cosas diferentes. Creés que tomás decisiones por vos misma pero un día te das cuenta que solo es por llevar la contra o demostrar que sos diferente o mejor. Veamos:

Miedo a equivocarte. Cuando estás tratando de demostrar que sos mejor, que lo lograste, no te permitís los errores o los fracasos. Además de quitarte la paz, te quita capacidad de aprender y disfrutar, y te paraliza.

Tal vez de chica no disfrutaste mucho jugar. Bueno, es hora de ver la vida y el crecimiento como ensayos y errores que permiten avanzar. Sin errores no hay avances. Y ¿qué es un error?. ¡Miralo como señal de que te estás moviendo!. Y pensá: Si la naturaleza no hubiera seguido ensayando, no habríamos pasado de ser una ameba.

Disfraz de iluminado o exitoso. Cuando querés demostrar tanto que sos un superado, que lo lograste y que nada te afecta, caes en la tentación de hacer de cuenta que no tenés ni sombras ni emociones “negativas” y adoptás tonos de voz, vocabularios, vestimentas, gestos (new age, izquierdas, feminismo, alguna tribu urbana, alguna ciencia).

Todo se cae cuando te acordás de tu familia o la política, la religión, la economía y tu propio salario te hacen acordar que todavía sos humano y tenés heridas que sanar. Duele, lo sé.

No hay atajos. Por más que imites a un estereotipo, la rabia y la injusticia, el rechazo y el conflicto seguirán ahí hasta que sanes.

Evangelizador/redentor. Cuando lo que hacen los demás te parece “de zombies” te podés creer en el deber de “despertar” y adoctrinar a los demás de cual es la mejor forma de vivir y el mejor camino para cambiar al planeta.

Más o menos lo que hacían hermanos, padres o compañeritos con vos, ¿no?, querer que fueras iguales a ellos.

Pensá: ¿Querés tener la razón o ser feliz? (y no, no salgas corriendo a posteralo en tu red social para que tu familia lo lea, ¡te conozco!)

Modo Lucha constante. Hay algo que nadie dice y uno termina descubriendo mirando el historial de amistades o grupos en los que terminó con conflictos o mirando las situaciones que siempre generaron lucha (economía, trabajo, grupos, expresión).

Es muy común que cuando salimos al mundo a “hacernos valer”, “mostrar que valemos”, entonces se presente el escenario para hacerlo porque el universo entiende que la forma de hacerlo es teniendo que salir de situaciones épicas. También hay que reconocer que empezamos la vida luchando por sobrevivir, poniéndonos corazas para no sentir un tiempo hasta que fuese el momento de poder huir a un lugar mejor.

Hasta que no nos sacamos las corazas y armaduras, el escenario que se presenta es para un gladiador.  

◾ Modo huida: Un día mirás el camino andado y te das cuenta que así como deseabas poder huir de los gritos y las críticas, huiste de cuanto momento tenso o grupo en conflicto se presentó.

No me malinterpretes: es más sano salir de un entorno tóxico donde estás sufriendo mobbing o abuso o donde se dan dinámicas tóxicas que quedarte y perder la salud.

Pero ya te cansaste de terminar en grupos y trabajos así y de tener que salir corriendo. Porque en la huida perdés proyectos, ahorros, oportunidades.  Y no alcanza con aprender negociación o resolución de conflictos. No soportás la tensión. Simplemente no podés plantarte en tu lugar, en lo que querés.

Entonces: ¿Qué querés? ¿Qué buscás?

Todo esto para decir que hasta que no sanás la misma herida y necesidad de ser diferente, no vas a dejar de repetir lo mismo que ha pasado por generaciones en tu familia. Digamos que los extremos se tocan, y a veces de tan querer ser diferentes, nos fuimos al otro extremo, a la otra cara de la misma moneda.

Para cerrar

Para realmente tener esa vida plena y sentirnos completos tenemos que vaciarnos no sólo de las viejas formas familiares que se repiten, sino también del lastre de querer ser tan distinto que quedamos atrapados en conflictos y luchas para hacernos valer.

En el próximo artículo te voy a ampliar un aspecto de ser una oveja negra que he visto en mi propia vida y en los consultantes (encajar y encontrar tu lugar en el mundo). Suscribite para no perdertelo.

Me gustaría que me contaras qué cosas de tu familia de origen te parecieron feas y que querías hacer diferente y como fuiste aprendiendo en el camino.

Compartilo con quien sientas que le puede ayudar a entender también.

Deja un comentario

Scroll al inicio