¿Sos la oveja negra de la familia? ¿Siempre quisiste vivir diferente, mejor, pero te encontrás estancado, paralizado?. ¿Sabías que eso se puede deber a enojos escondidos?
Hola, soy Mariem Cad de la página “De oveja negra a colibrí”. Y en este video te voy a explicar tres fuentes de enojo.
1-El sentimiento de injusticia
La primer fuente de enojo es el sentimiento de injusticia, el sentir que es injusto haber nacido en esa familia. Una familia donde no te entendían, donde vos no los entendías a ellos.
Es injusto porque se supone que la familia te da este gran sentido de pertenencia, de raíces… y vos te sentís un extraterrestre.
También podés sentir que es injusto como te trataron.
Porque hay toda una propaganda de que la familia contiene y abraza.
Están todas estas imágenes de tarjetitas de navidad, o el día de la madre, donde se ven a los hermanos jugando juntos, llevándose bien y la mamá toda cariñosa, el papá todo cariñoso…. y vos te sentiste rechazado, apartado, castigado, humillado.
También podés sentir que es injusto no tener una familia normal. Nuevamente: uno ve en las fechas especiales todas estas imágenes de la familia ideal o ve las familias de los amigos. O cómo otras personas cuentan que fue su infancia, su familia (con todos sus problemas).
Pero vos te das cuenta que tal vez tu familia no estaba en sus cabales. Y que te faltaron cosas.
2-No recibir lo que corresponde
Y aquí entra la segunda falta de enojo que es que no te dieron lo que te tendrían que haber dado.
Se dice mucho que la familia da raíces, da una base de ejemplos de cómo moverse en el mundo, de cómo relacionarse con las personas con el trabajo con uno mismo.
Y cuando empezás a crecer y entender del funcionamiento de las emociones y de la psique… y decís “¡ah, estoy en el horno, porque a mí nadie me enseñó esto, a mí nadie me dio esto!”
Entonces estos dos enojos van generar varios problemas:
El primero en una sensación de impotencia. Y nada paraliza más que la impotencia, el sentir que no puedes hacer nada.
Porque está pasando algo que no es justo, pero frente a lo cual no podés hacer nada.
Y realmente los hijos en respecto de los padres serían algo así como un “mercado cautivo”. Es decir el hijo no puede elegir otros padres, otra familia, una vez que han nacido. Y los padres pueden disponer y hacer lo que quieran. Y la sociedad va avalar absolutamente todo lo que pasa dentro del seno de la familia.
Bueno, no toda la sociedad: cada vez más terapeutas están despiertos y se conoce más de aspectos de familias no tan funcionales.
Entonces, el sentido de injusticia da mucha impotencia y el sentido de impotencia paraliza.
El segundo aspecto, el no haber recibido lo que te correspondía o lo que corresponde que una familia de a los hijos; genera un total conflicto con la abundancia, con el dar y recibir.
Porque ¿cómo vas a tener codificado que el universo complota a tu favor? ¿o que Dios/a Padre/Madre quiere darte todo lo que necesitás y más (por más que lo decretes, hagas visualizaciones, etc)? ¿Cómo lo vas a creer si tus celulas, desde que naciste y antes codificaron que para vos no hay. Que nadie te va a dar lo que te corresponde, que no te lo mereces?
A ver, cuando uno es niño lo que pasa alrededor cree que es por su culpa. Entonces, si no te están dando lo que corresponde que una familia de vos, vas a creer que es por tu culpa, porque no lo mereces, porque hiciste algo para que no te lo den.
Bueno, saberlo es una cosa… poder interior que no te dieron lo que no te podían dar, es otro cantar.
3-La invalidación social
La tercera fuente de enojo que nos puede estar paralizando y trabando en la vida, en nuestros proyectos, en la abundancia es la invalidación social.
Esto ya es cuando ya crecemos, salimos al mundo y nos damos cuenta de que algo no estaba bien en la relación entre nosotros y nuestra familia.
Y el problema viene cuando empezamos a contar nuestra verdad, o a tratar de explicarlo a amigos, a gente al azar
Incluso a algunos terapeutas holísticos de una mentalidad bastante naïf y con poco conocimiento también, que hablan más desde sus prejuicios culturales que desde el conocimiento y desde la empatía humana de escuchar a la otra persona.
Ahí uno empieza a escuchar frases que menosprecian (a veces sin querer) esa experiencia, este sentir tuyo.
Y eso, entonces, hace que coloques corazas para defenderte de un mundo que tampoco te entiende. No te entendió ni tu familia, no te aceptó ni tu familia y ahora tampoco los demás.
Mi recomendación: No te quedes con esas opiniones. Buscá un terapeuta que te pueda entender, hasta que encuentres uno que no te invalide.
Y esta invalidación viene sobre todo de frases que uno escucha de los demás y que es como que te tapan la boca. El mensaje es: No hables más de este tema. Es incómodo. Y lo que vos está sintiendo no es válido. Tenés que pensar en tus papás
Dos de ellas se escuchan tanto de las otras personas como de los propios padres, como excusas, por lo que pueden haber hecho o no hecho.
a) “es que sufrieron mucho”
La primera es “Es que sufrieron mucho”.
Sí: uno, a medida que madura, se entera de la historia familiar y entiende que les pasaron cosas en sus vidas que los hicieron entrar en un modo supervivencia. O que no estaban preparados tal vez para la maternidad o la paternidad. O que eran muy inmaduros emocionalmente. Pensaban que era la vida era una nube rosa y la bajada a la realidad fue demasiado dura.
Sí: uno los puedo entender en sus deficiencias, en todo lo que quisieron hacer.
Pero esto es muy duro, por ejemplo, en casos donde además de oveja negra se ha sido el chivo expiatorio y se ha sufrido abuso psicológico, emocional y a veces físico.
Y entonces, escuchar esta frase es muy doloroso en esos casos.
El pensamiento que uno tiene (y que hay terapeutas muy buenos que lo saben y te lo van a decir) es que “el dolor no da derecho”.
Hay personas, vemos afuera ejemplos de personas que ante la misma situación, ante los mismos problemas, no han reaccionado igual. Y sobre todo: no se la han agarrado con los hijos.
De nuevo: qué más fácil que arreglárselo con los hijos que son este mercado cautivo que no puede hacer y reaccionar en contra de ellos. Son (se sienten) la autoridad.
Entonces uno sabe (y afuera se sabe) que ante la misma situación, hay personas que cambian su vida, que evolucionan, que justamente utilizan estas experiencias para crecer, aprenden. ¿Pero respecto de tus padres te dicen no, es que sufrieron mucho por eso son así?
Un corolario de este doble discurso de cuando vemos estos vídeos tan románticos de tal persona que sufrió tanto, pero logró cambiar cuando tuvo hijos, o gracias a sus hijos salió adelante, por amor a sus hijos.
Y por otro lado, frente a esas mismas experiencias, tenés una familia que no se ha desarrollado precisamente y que incluso te hacen sentir que vos fueras el culpable.
Frente a ese doble mensaje sentís que no sos suficiente. No fuiste suficiente para que, por amor a vos, ellos cambiaran. Y esto es un puñada la autoestima, que te la destroza completamente.
b) “es que no sabían”
Otra frase muy invalidante, y que la puedan decir tanto los de afuera como la propia familia es: “Es que los hijos no vienen con un manual de instrucciones”.
Y sí, hay muchas personas (la mayoría) que no saben a qué se enfrentan cuando llega la maternidad o la paternidad, incluso buscándola.
Bueno, sí, esto se puede aceptar. Pero el tema es cuándo la persona que tenés enfrente, cuando sos una ovejita negra y le estás contando a alguien muchas experiencias dolorosas, sobre todo si fuiste además el chivo expiatorio…. y estás contando tu experiencia y esta persona quiere de alguna forma justificar que tus padres “no sabían”.
Lo más doloroso es cuando tu propio progenitor/a usa esta frase para justificar lo que hizo.
Te digo una diferencia: La mayoría de las madres se van a sentir culpables de alguna metida a pata o de cosas que hicieron sin saber. Muchas madres recién cuando los hijos son grandes, que empiezan a hacer terapia, tratar de reconstruir su vida después de la crianza, se empiezan a dar cuenta de todo lo transgeneracional que transmitieron. Que ha estado mal en la familia y que a ellas mismas les han traído problemas. Y ven que para colmo se lo transmitió a los hijos. Y es una culpa muy grande.
Pero no van a usar, por lo general, esta frase de que “los hijos no vienen con un manual de instrucciones”, van a usar otro tipo de frases. Van a hablar del arrepentimiento de cosas puntuales. O de haber lastimado a los hijos.
Yo esta frase se la escuché a mi propia progenitora. Y esto es lo terrible: ella es docente y para ese tiempo ella hablaba mucho de que lo que más le encantaba de la docencia era la psicología evolutiva. O sea, ella sabía (y explicaba) qué necesita un niño en cada edad y cada mes de su desarrollo. Entonces esta persona no puede decir que no sabía qué necesita un niño de tal edad y como hay que tratarlo.
Hay mucho enojo de muchas otras situaciones y que para colmo frente a estas frases uno a veces puede explotar o sentir que realmente te están tapando la boca.
Y el efecto es meterse muy para dentro, cada vez más para adentro.
Y esto genera corazas con el mundo.
Uno sale a veces a buscar un poco de apoyo, lo que no tuvo en la familia y frente a esta reacción de los demás uno se carga de corazas.
Y ahí también se corta el poder relacionarse con los demás y vivir también funcionalmente con los demás.
c) “Aceptarlos como son”
Otro paño frío que ponen, incluso terapeutas, es esta frase de “aceptalos como son”.
Y esto a mí me parece que es como querer tomar un atajo.
Es como vestirse de blanco, volverte vegetariano y hablar bajito y afectado (como si realmente estuvieras sintiendo paz) cuando apenas arrancas un camino de sanación, un camino de espiritualidad. Y estás tratando de tomar un atajo. En tu mirada y en todos tus gestos, se va a notar que no estás para nada en paz.
Entonces no sirve copiar un lenguaje y hablar de aceptación cuando todavía no has ni siquiera integrado las experiencias que has pasado. Veamos:
Cuando uno sana estos enojos
Cuando ves que es lo que te tocó, pero te ayudó a desarrollar ciertas cualidades y habilidades. Cuando aceptás que gracias a esa historia sos quien sos es que aceptás que ellos no te dieron.
Pero la parte más importante de “aceptar” es que ellos no van a cambiar. Es darse cuenta que hagas lo que hagas ellos no van a cambiar. Esto es muy importante para los chivos expiatorios.
También es muy importante para las ovejas negras darse cuenta que estas familias ideales que nos venden en Navidad o en el día de la madre sólo son una herramienta de marketing. La mayoría de las familias no son así. La tuya no tenía por ser así.
También reconocer que te dieron lo hasta donde les alcanzó. ¿Es injusto? Si, es injusto.
Y ojo: aceptar lo que te tocó no implica quedarte ahí, ni resignarse, ni justificar:
Implica dejarlo ír. Implica aceptar que vos ya sos un adulto que tenés esta historia. Sos un sobreviviente de esa historia. Pero gracias a todo lo que tuviste que hacer para sobrevivir, hoy sos la persona que sos.
Y a lo largo de toda tu vida, te vas a seguir desprendiendo de cosas, de corazas, de bloqueos, de enojos… cada vez más sutiles (comparado con el principio del camino) y vas a estar cada vez mejor.
Pero si te quedas con estos enojos sin reconocerlos, sin reconocer cuándo alguien dice algo que te dispara y hace que salgan ebullición todo este enojo, no vas a poder estar mejor.
Y no son cosas muy complicadas que hacer con este enojo. Es darse cuenta que está ahí, que tal vez va a estar con vos toda la vida, pero no dejar que te tome. No dejar que sea la causa de que estés días, incluso semanas, en una espiral de pensamientos. Y que además dispare que vengan recuerdos y estés semanas en una nebulosa oscura.
No lo permitas. Simplemente reconocer.
Y el antídoto a estos enojos, yo creo que es mirar atrás y mirar tu presente y decir: Hoy no estaría a acá, no tendría todas estas cualidades tan diferentes y que yo siento que me hacen una mejor persona. Siento que he crecido un montón que me he auto construido muchísimo que me he redefinido muchísimas veces. Y hoy soy esto gracias a toda esta historia y todo lo que trajo aparejado después de mi vida.
Ese para mí es el mayor antídoto a estos enojos.
Lo que te puede sacar de bloqueo en cierta forma es agradecer el camino que tuviste (por más que suene cliché)
Espero que este post te sirva.
Aclaro que tenés otras formas de trabajar el enojo, por supuesto. Pero ojo la falsa idea de pegarle a los almohadones, que dicen que no sirve, así que no vayas a gritarle a nadie, por favor.
Mejor hacé Reprogramación de la Memoria Celular.
Bueno, espero que te haya servido mucho. Este post fue de un tema muy sutil pero muy importante que tenemos que trabajar las ovejas negras y los chivos expiatorios.
Si te ha gustado y si crees que alguien más necesita ver/escuchar estas palabras, compartilo.
Si querés conocer otros aspectos que tienen que sanar como oveja negra de la familia para hacer tu vida plena y en paz, descargáte mi guia gratuita.
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